Han descubierto esta mañana con estupor que estaban siendo espiados. Una cámara oculta instalada en la cuarta planta del edificio estaba grabando al personal que trabaja en Recursos Humanos, según han denunciado. El jefe de la Policía Local, José Francisco Cano, ha confirmado la existencia del aparato, es más, él mismo ordenó colocarla hace poco más de un año, de acuerdo con el jefe de personal, para pescar a un ladrón de expedientes que no ha vuelto a dar señales de vida desde entonces. Tras recibir la denuncia de los funcionarios municipales, un juez de Fuenlabrada ha ordenado su inmediata retirada.
Bueno eso es lo que dicen, pero la guerra fría en Madrid es palpable, como en las películas de espías.
Claro que ya esto es un delito, el poner cámaras ocultas en lugares de trabajo vulnera la intimidad, pero la escusa del ladrón es muy buena.
La sombra de Aguirre es larga.